René Cáceres – Nueva York 2018 “La maratón de NY no es simplemente una carrera, es un verdadero espectáculo, una fiesta en las calles”

René Cáceres – Nueva York 2018 “La maratón de NY no es simplemente una carrera, es un verdadero espectáculo, una fiesta en las calles”

Nov 15, 2018 | Maratones Major | 0 Comentarios

RCL1Llegué el viernes a NY y me fui directo a la Expo, tenia bastantes expectativas sobre esta maratón y quería comprobar rápidamente si era lo que esperaba (“spoiler alert”, fue mucho mejor de lo que esperaba). Llegando allá me encontré con un pabellón enorme y una organización impecable, que permitía que todo el retiro del kit fuera muy rápido y dejaba tiempo para visitar la tienda oficial y los diferentes stands en la Expo (impresionante la cantidad de productos de la maratón que se podían encontrar).

El día domingo comenzó temprano, los buses salían temprano y había que madrugar, a las 05:30 ya estaba arriba del bus y camino a Fort Wadsworth. Tuvimos mucha suerte con el clima, pero a esa hora el frío se dejaba notar y si bien estaba abrigado, extrañé no haber llevado un gorro, ya que la espera era larga. Caminé hacia la zona naranja para buscar un lugar donde esperar y con lo primero que me encuentro es un puesto de Dunkin Donuts regalando gorros (nuevo punto a favor de la organización). Si bien había que esperar varias horas para encajonar, esto no fue un problema, en la zona de espera teníamos de todos y conversando con otros corredores el tiempo voló.

RCL4-minA las 09:00 ya estamos en los corrales (en mi caso estaba en el Naranjo 1A) y a los pocos minutos comenzamos a caminar hacia los puentes, acá es cuando te dabas cuenta de la cantidad de personas que participan en esta maratón, son muchísimas!! Faltando minutos para largar, vienen los discursos de rigor y el himno nacional, realmente emociona ver a esa cantidad de gente cantando. On your marks, get set, go!!! comienzo a correr por el puente y a los segundos veo pasar a los corredores de elite a un ritmo increíble por la pista de al lado. Los primeros kilómetros pasan rápidamente (en parte por la emoción y además porque iba a un ritmo muy alto por culpa de la adrenalina inicial) y entramos a Brooklyn, acá es dónde empieza la fiesta, las calles llenas de gente apoyando, bandas tocando cada unos cuantos kilómetros, hidratación en todas las millas, es decir todo preparado para que los corredores pudiéramos disfrutar de esta carrera.

RCL5Este ambiente me llenaba de energía y durante la primera mitad era difícil pensar en un plan de carrera y simplemente me dejaba llevar y corría, así que mi única preocupación era no salirme tanto del ritmo que tenia planeado.

Ya saliendo de Queens (acá la vista de los rascacielos en Manhattan era increíble) llegábamos a los primeros puentes, incluyendo el famoso Queensboro. La verdad es que me habían hablado tanto de este, que venía preparado para algo peor, si te pega un poco en el ritmo, pero si mantienes la cabeza fría al enfrentarlo se pasa rápidamente. Superado este obstáculo, que pensaba era lo más complejo de la carrera (“spoiler alert”: finalmente no lo fue) entramos a Manhattan. Las piernas seguían frescas, bastante bien de energía y la mente tranquila, así que seguí avanzando a buen ritmo pero siempre pensando en que había que “guardarse” para la 5ta Av y el Central Park.

RCL2Crucé el puente Willis (ouch, ese dolió un poco), seguí por el Bronx hasta llegar al puente Madison, lo crucé y pafff se apagaron las piernas. Bajé un poco el ritmo, esperando que se volvieran a encender, pero no ocurrió así que decidí olvidarme del tiempo que quería hacer y seguir disfrutando de la fiesta. Los últimos 6-7 kilómetros dolieron, pero cuando me faltaba energía la buscaba en la gente, los aplausos del público, el apoyo de los corredores que me pasaban, los niños que extendían sus manos para chocarlas con la tuya y el recordarme que corro por que me gusta, así que hay que pasarlo bien.

Últimos metros hacia la meta, la satisfacción de otra misión cumplida y los recuerdos de todo lo que he pasado para llegar a este punto, las frías y oscuras mañanas de entrenamiento junto a los amigos de Road Runners, todos los masajes, asesorías y consejos de Kinus (muchas gracias por todo) y el constante apoyo de mi familia, a pesar del tiempo que les quito para entrenar. Cruzo la meta, medalla al cuello y foto de finisher con una sonrisa de oreja a oreja. El resultado es solo para la estadística, no pude hacer el tiempo que buscaba, pero crucé la meta en 2 horas y 51 minutos, lo cual sigue siendo muy bueno para lo dura que fue la carrera.

viruntravel.cl

Visita nuestro portal especializado en viajes

Howdy,
Buy Premium Version to add more powerful tools to this place. https://wpclever.net/downloads/wp-admin-smart-search