MARIA JOSE PARDO – BOSTON 2017 “CRUZAR LA META CON LOS BRAZOS EN ALTO Y DECIR SUEÑO CUMPLIDO”

MARIA JOSE PARDO – BOSTON 2017 “CRUZAR LA META CON LOS BRAZOS EN ALTO Y DECIR SUEÑO CUMPLIDO”

Jun 1, 2018 | Maratones Major | 0 Comentarios

Todo comenzó el año 2014, mientras preparaba mi segunda maratón descubrí que existía una maratón en donde todos los mateos querían ir, pero si había que ganársela haciendo en mi caso una marca de menos de 3 horas y 35 minutos como máximo en una maratón certificada. La idea de que si entrenaba duro quizás podría lograr clasificar en la Maratón de New York de ese año, pero no, las personas que habían corrido NY me decían que debía dedicarme a disfrutar, pero yo siendo cabeza dura no lo tenía pensado. No funcionó el plan A de seguir al Pacer de dicha marca, al ver los edificios tan altos de Manhattan, me hizo quebrar y empezar a caminar de la emoción y todo ese deseo loco quedo congelado para seguir con el plan B en donde te lo disfrutas todo, caminar, tomar agüita tranquila, darles la mano a todos los espectadores, para terminar de sonreír a la cámara durante los últimos kilómetros. Ese recuerdo que quedó en mi vida durante los últimos 12 kilómetros no tiene precio.

Y bueno siguió la lucha, me preparé el 2015 en la Maratón de Santiago, entrené duro, aunque no me agradaba la idea de preparar maratón en verano. Y bueno llegó el día, otra derrota que comenzó después del Parque Bicentenario. El muro hizo que se me apagara la tele, no tenía fuerza. Al aparecer con frío funciono mejor ya que ese día caluroso, me hizo tomar toda el agua recibida, provocándome malestares. Ya me había dado por vencida, ya la marca no iba ocurrir, cruzar Alameda con Estado y ver que hasta allí tenía la marca, hizo que llegará con la peor cara, quedando registro en ESPN RUN; moraleja hay que llegar a todas las maratones con la sonrisa y brazos bien arriba a pesar de todo.

Dado el análisis de lo que ocurrido no me di por vencida, seguí preparándome en invierno del 2015 para ir por mi segunda Maratón del año en Buenos Aires 2015. No con tanta expectativa, pero preparada de todos modos. Y llego el día salí a correr después de que sonara la canción música ligera, me di unos minutos para partir lento entre la multitud. Y se dio un día agradable, 16 grados ideal para correr más algo de humedad, ver qué podía manejar un ritmo más rápido de lo planeado, empezar a ver qué no podía flaquear, y que estaba haciendo una maratón en Split negativo a lo keniata no lo podía creer. Ya en el kilómetro 38 ya veía mi clasificación a esa maratón que tanto quise entrar, si corría lento los últimos kilómetros me daba ya la opción de estar adentro y poder poner mi nombre de confirmación de aceptación en la maratón de Boston del 2017. Y con las manos en alto cruce la meta con 3:23:08, dándome la posibilidad de postular dentro del segundo grupo de postulación, aquellos que tienen mas de 10 minutos a favor de dicha marca, lo que con ese tiempo extra no daba cabida para aceptar un No.

Llego el día de postular en la quincena de septiembre del 2016, ingresar los datos a la aplicación online y pagar los USD 250 para postular, para luego de dos días te notificarán que habías sido aceptada, lo que me hacía saltar de felicidad.

Ocurrido esto, mis intenciones fueron prepararme de la mejor manera, cuidarme nutricionalmente y seguir un plan de entrenamiento como siempre. Ingresé al gimnasio para no dejar de entrenar. Mi nuevo trabajo y entrar a estudiar un plan de posgrado, sumado a que vivo en la V región y trabajo en la región metropolitana, me hacía tener menos tiempo, por ende, todas las ventanas posibles servían para no dejar de entrenar. Aunque fuera am, en horario de almuerzo, posterior al trabajo en el parque bicentenario o pista atlética en el Estadio Nacional o en la misma Villa Alemana nocturna, hizo que llegara a esa maratón mucho más entrenada que cualquier otra maratón.

Mi actual club de running Fullmarathon con quienes entrene, me ayudaron mucho a sacar fuerza interior, el apoyo de muchos de ellos, corriendo conmigo al lado los fines de semanas, aunque no estuviéramos en la misma meta, me hizo madurar mi poder mental y motivacional. Tener a un gran profesor que se diera el tiempo de madrugar, dedicarse exclusivamente a ti para ver tu desempeño y observar tus controles pre maratón me llenaron de apoyo y compromiso.

El viaje

Y llego el día de partir, bien apoyada por mi familia, amigos runners y amigos de vida, así que no quedo más que intentar brindar lo mejor posible e ir por esa medalla soñada.

Aproveché la oportunidad del jueves santo para irme tranquilamente. Preferí tomar vuelo directo a Boston, haciendo conexión en New York, para tener que llegar tranquilamente a Boston el día viernes, pero no fue así como pensaba tenía dos horas para cambiar de vuelo entre aerolíneas, muy arriesgada mi maniobra, en New York tuve que hacer la fila más larga porque mi foto tomada en el aeropuerto había salido mala. Mirando la hora podía perder mi vuelo así que no me quedo mejor que pedir ayuda para pasar a los que estaban más adelante. Siguió el tramo dejar la maleta en la otra aerolínea y buscar el sector de donde estaba mi salida, aun así, me equivoque de sector, otra aventura más, adicional a que la policía me revisara mis pertenencias en segunda derivada por llevar un computador jajaja. Y llegue casi corriendo al vuelo New York – Boston, a lo bolt para no perder esa llegada tan anhelada. Moraleja aprendida, tienes que llegar con mucha ventana entre cambio de vuelo.

Aterrizando ya en Boston, era tiempo de relajarse y prepararse para disfrutar. Ya llegando al aeropuerto en información podías recibir un mapa de las líneas del metro y mapa de la ciudad gratuitamente. Desde el aeropuerto existían buses gratuitos que te dejaban en la línea del metro Airport, ya con eso tenía muchísima ayuda para llegar a mi destino, Somerville al norte del centro de Boston.

Entrega de Kit

Y nos fuimos a buscar el kit, muy temprano rumbo al John Hancock Sports fitness Expo cerca de la estación Prudential y ver que existían cuadras de fila para entrar al recinto producto del control policial, hacía que te sintieras compartiendo esta vivencia con miles de corredores con tu misma pasión. En mi caso debía llevar el pasaporte de runner que debía llegar a mi dirección personal antes de partir de Chile desde la maratón, pero como nunca llego a pesar de eso en informaciones de la maratón igual te entregaban uno para así buscar tu anhelado número, al momento de buscar el número, los voluntarios que me entregaron la polera manga larga de la maratón me contaron que era la primera chilena en atender, mencionándome que en Chile se podía esquiar en las montañas haciendo el gesto técnico jajja. Dentro del kit venía, una revista respecto a la maratón, el número de competencia, pastillas para calambres, labial para el frío, una entrada para ir a la tallarinata el día domingo en la estación Government center, un souvenir de la maratón, agua, un shot de energía, indicaciones para saber en donde podía estar tu familia al esperar en la meta, una bolsa trasparente pequeña para llevar tus cosas a la maratón sino hacías uso de guardarropía todo esto dentro de una bolsa trasparente para hacerla uso en caso de guardarropía. En general el maratonista prefiere ir con ropa para luego botar.

Respecto a la expo, uno podía encontrar gomitas que parecían jaleas, joyas para colocarles a tus zapatillas, masajeadores, venta de vendaje kinésico type, opción de grabar tu medalla, entre otros. Yo solo tenía intención de comprar la famosa chaqueta oficial de la maratón para el recuerdo, pero como uno dice me gusta todo lo que veo, así que me lo llevo, de aquí a que vuelva jajja.

Fin de semana de la anhelada competencia, ver qué la temperatura había cambiado de 16 grados respecto al día viernes y pasar a 30 grados el día domingo, para así bajar a 20 grados el día de la carrera, no indicaba un buen pronóstico, por lo que a las 10:25 am hora de la largada en que yo comenzaba se iba a sentir una alta temperatura de todos modos.

El gran día del maratón

A lo que vinimos, partir el día lunes 17 de Abril a las 06:00 am para dirigirse al metro camino a Boylston con Charles (centro de Boston) para así tomar un bus escolar amarillo rumbo a Hopkinton ya lo hacía especial. Tomabas una carretera hacia una zona rural, llegando a lugar de partida no quedo más que hacer 2 horas app, así que me dedique a tomar desayuno. La maratón brindaba café, leche, pan, agua, Gatorade, así que yo considere la clásica mía antes de una competencia, café con pan y manjar, llevándome este último en mi bolsa pequeña brindaba por la maratón. Adicionalmente me dediqué a conversar con corredores de Ecuador y México, hasta me dio el tiempo de ir dos veces al baño y preguntarle a una chica mexicana que tenía trenzas si me pudiese hacer mis trenzas maría para correr bien lady como a mí me gusta.

Y comenzó la hora de encajonarse, a mí me tocó partir en la ola 2, zona 5. Intenté irme a la zona 1, pero el control del ojo capcioso del gringo(a) no me dejaba estar en otra zona. Y partimos acompañada de una runner mexicana que buscaba la misma marca que yo deseaba, comenzando en un camino estrecho que dificultaba agarrar un ritmo mucho más competitivo. Muchas personas en sus patios dando ánimo, regalando botellas de agua que eran sagradas tomarlas para luego compartirlas si alguien quisiese, ya en los primeros kilómetros se sentía que el asfalto estaba ardiendo. Recuerdo la parte más refrescante que se produjo fue en un lago llamado Cochituate durante los primeros kilómetros en donde había unos árboles, así que todos nos íbamos a la sombra. Algunos jóvenes dando animo en la ruta, haciendo burlas alegres con una botella de alcohol en la mano, a pesar de eso te animaban. Ya casi en la mitad de la carrera, a la derecha una pasarela de gente que gritaba, pero no me dedique a mirar porque no me quería desconcentrarme. Encontrar a un corredor que leyera mi polera de Fullmarathon Viña del Mar y me digiera “corre con todo por Viña del Mar”, me tuvo con mucha motivación. Todo iba perfecto hasta el kilómetro 25, en donde te habías enfrentado a bajadas y subidas, comenzaron calambres lo que me obligo a tomar los siguientes 10k a un ritmo no tan fuerte para no llegar derrotada a la famosa Heartbreak Hill, una subida rompe corazones de casi 600 metros antes del kilómetro 34, así que no me quedo más que apretar los dientes y sentir todo el apoyo del público en ese punto, intentando subir sin parar, ya en ese punto veías a muchas personas caminando y tu no querías ser uno más de ellos. Ya a esa altura todos veníamos sufriendo, pero estaba el deseo de culminar ese sueño que tanto quise. Pensaba en el profe, en los que me seguían en la aplicación, como les iba a contar que había parado. Así que guarde mi pulsera de pacer, me dedique a dosificar lo que más pude para así enfrentar los últimos 8 kilometros para intentar irme al infinito y más allá. Así que ya no quedaba más que sonreír en lo último, darles la mano a los espectadores para recuperar vida, para terminar, sacando la bandera chilena escondida en un bolsillo para aplaudir al público y cruzar la meta con los brazos en alto y decir sueño cumplido con todo el corazón, garra y piernas construida de estos 2 años y medio de vida….

Nada es imposible, los sueños están para cumplirlos si te esfuerzas, no pierdes el rumbo y si trabajas para aquello.

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