Cuando comenzó a anunciarse la fecha de inicio de inscripciones para la Maratón de Santiago soñé que corría 42k. Al día siguiente le comenté a mi pololo sobre aquel sueño y de que tenía una corazonada de que me lo podía.

Se abrieron las inscripciones y a los días ya estaba inscrita así que comencé a entrenar para ese día. Leí mucho sobre maratones y en un artículo decía algo como “busca canciones inspiradoras y motivacionales”, pero yo estaba feliz con mi playlist así que no le preste atención, pero se me ocurrió la idea de que mis cercanos me mandarán audios motivacionales para meterlos es forma aleatoria a la playlist.

Llegó el gran día, y estaba completamente sola en el encajonamiento pero bien mentalizada y bien segura,  recién había asumido en lo que me estaba metiendo. 

Dieron la largada y ya no había marcha atrás, había que demostrar que los entrenamientos habían valido la pena. A medidas que iba avanzado entre la música me sonaba algún audio de la familia y de los espartanos motivados de Monte Tabor. 

Pasaban los kilómetros y cada vez más encantada de la experiencia, lo que se vive en los 42K no lo había sentido en los 10k ni en los 21k. Hay algo mágico que no sabría explicar. Ya llegando al kilómetro 30 sentía que no podía más, aún así nunca camine, no quise hacerlo porque no quería fallarle a todas esas personas que creyeron en mi. Kilómetro 32 y suena el audio de mi pololo lleno de ánimo, energía, mucho power, lo que me alentó y seguí con todo. 

Ya era momento de comenzar a bajar y sentí que volaba, cada vez quedaba menos y era un sueño que se comenzaba a acercar, en lo único que pensaba era en los brazos de mi hijo que están esperándome en la meta.

Llegando a plaza Italia se vivía una fiesta enorme, mucha gente, amigos etc. Y fue el momento de meterle con todo, a rematar los últimos kilómetros… Y de pronto ahí estaba la meta.. mi sueño se cumplía entre tanta gente, aplausos y todo eso.

Crucé la meta en 4 horas 24 minutos, inmensamente feliz. En ese momento supe que los sueños se cumplen si uno se propone a ir detrás de ellos.