- Tanto si nos iniciamos en el trail running desde cero, como si somos corredores de asfalto experimentados, nuestra musculatura, ligamentos y tendones no están habituados a las demandas del trail running.
La práctica del trail running tiene unas demandas diferentes a las carreras de ruta o asfalto, por lo tanto, no puedo pasar el primer día a realizar todos mis entrenamientos por montaña.
¿Cómo debo progresar?
La tecnicidad del terreno:
La principal diferencia del trail running con el running es que el terreno no es uniforme. No solo en que el terreno no es llano y tiene subidas y bajadas, si no que el propio terreno que pisamos no es uniforme, es difícil realizar varias zancadas totalmente iguales.
La distancia de los entrenamientos:
Al igual que ocurre cuando inicias el running en asfalto, el aumento del volumen semanal debe ser progresivo. Como hemos mencionado anteriormente, el esfuerzo que se realiza en llano y en montaña son diferentes. Tenemos que ir progresando poco a poco para que la musculatura se adapte a correr por montaña, y cada vez ser capaz de ir soportando más carga.
Al hablar de seguridad, ¿cómo debe planificar, equiparse y actuar el corredor por montaña para preservar su seguridad, la de sus compañeros o la de otros corredores con los que pueda encontrarse?
- Estudia el recorrido: Antes de salir a correr por la montaña, solo o en compañía (siempre mejor esta segunda opción), ten claro el recorrido que vas a realizar, la distancia que vas a correr, el desnivel, la dificultad técnica (tipo de suelo y su estado, presencia de vegetación) y de acuerdo con todo ello, calcula las horas que te costará realizar la actividad. Es importante conocer el terreno sobre el que nos vamos a mover, más aún cuando nuestra salida va a ser larga. Recaba toda la información útil que te pueda ayudar a salir de un apuro: fuentes de agua, refugios, vías de escape en barrancos y carreteras próximas.
- La meteorología: En montaña, las condiciones climáticas pueden variar de un extremo a otro en pocos minutos, no debemos olvidarlo y estar preparados.
- Deja aviso de a dónde vas: Igual que en otras actividades en montaña, siempre conviene que alguien sepa a dónde te diriges, con quien y la hora prevista de regreso, de esta manera si te sucede un imprevisto alguien estará atento a tu regreso y podrá activar una emergencia en el caso de que haya tenido un accidente y no puedas avisar.
Equipa tu mochila:
- Ten a mano un mapa o GPS cargado con la ruta que vas a realizar, además de brújula, linterna frontal y un silbato en caso de que te pierdas de tu grupo.
- Comida y bebida. Sobre todo la hidratación, pero también la alimentación son factores clave para evitar un desfallecimiento o un debilitamiento que provoque una lesión o una caída. El acopio de bebida y comida debe ser proporcional a las horas previstas y al esfuerzo que requerirá la actividad.
- Botiquín. Un pequeño botiquín no va a superar los 100 gramos y te va a sacar de muchos apuros.
Por último pero no menos importante: Respeta el entorno. Allá por donde vayas, cuida el medio, no tires nada, llévate tu basura, respeta las sendas y caminos, procura no gritar o hacer ruidos que puedan molestar o alterar la vida de la fauna
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