Gonzalo Farías “El clima -13 pero con una sensación térmica de -21 y 70% de humedad… los 21 kilómetros más fríos que he corrido en la vida”

Gonzalo Farías “El clima -13 pero con una sensación térmica de -21 y 70% de humedad… los 21 kilómetros más fríos que he corrido en la vida”

Feb 18, 2018 | Noticias, Running | 0 Comentarios

Esta aventura comienza luego de llegar a Calgary provincia de Alberta en Canadá, en un anhelado desafío de vida para estudiar inglés en el extranjero. Me encontré con una ciudad muy fría y con un clima muy adverso, donde las temperaturas alcanzan hasta los 40 grados bajo cero y en promedio los 15 grados bajo cero, supe que sería un tanto complicado practicar mi querido deporte: el running.

Los primeros días estando en la ciudad, la dueña de casa en donde me hospedo, me cuenta que existe cerca un grupo de running que se reúne a entrenar los fines de semana y la primera reacción en mi mejor spanglish fue: “really?” Luego la pregunta fue “¿y como lo hacen con este frío?”, a lo que su respuesta fue lógica… “¡Abrigarse!”  Así, fue como nació la idea de probar entrenar un día con este team de running gratuito de la ciudad de Calgary. Hasta cuando llevaba un mes hubo un fin de semana de buena temperatura y me anime a dejar la trotadora y salir de casa a entrenar con ellos. Para mi sorpresa me encontré con un grupo alrededor de 30 personas que se reúnen habitualmente a entrenar en esta fría ciudad, divididos en 3 grupos: los avanzados, intermedios y básicos, me sume al grupo de los intermedios y fui tratando de conversar y practicar mi mejor spanglish con un par de personas muy amigables, los cuales me contaron un poco del team, los entrenamientos y las próximas corridas que venían en Calgary. Fue ahí cuando me dijeron que a principios de Febrero estaba el medio maratón de Calgary llamado Hypothermic Half Marathon, ya su nombre me causo un poco de miedo, pero a la vez pensé que sería mi oportunidad de estar en una corrida oficial acá y más aún el desafío de correr un medio maratón en esta fría ciudad.

Ya con la idea en mi cabeza, pasaban los días y llegó el invierno a Calgary, con temperaturas que llegaron a los -33 con sensación térmica de -40, lo que me hacía dudar de correr sin saber cómo reaccionaría mi cuerpo si el día de la corrida tocaba un día muy frio. Seguí entrenando indoor en la trotadora de casa y outdoor en algunas oportunidades junto a una compañera runner que conocí en la escuela de inglés, así seguían pasando los días y se acercaba la fecha del medio maratón, viendo en el sitio web como disminuían los cupos y yo aún no me decidía a inscribirme. Así fue como me fije plazo final hasta el 30 de enero para decidirme y el 27 de enero lo hice con ese algo especial en el estomago de una nueva experiencia.

Pasaban los días y aumentaba la ansiedad por la llegada del 10 de Febrero, mirando cómo se venía el clima para ese día, en el que se pronosticaban -12 lo cual no era tan malo llevando acá ya tres meses y estando un poco más adaptado al frio. Fue así como llegó el día, me desperté 8:00 am y lo primero que miré fue el clima que decía -13 pero con una sensación térmica de -21 y 70% de humedad, esto iba a ser una experiencia totalmente nueva para mí, ya que las veces que entrene outdoor no tuve esa temperatura pero ya estaba inscrito y asumido el desafío, así que fui a la ducha, después equiparse con toda la ropa runner que tenía para el frio (calzas, guantes, gorro, bandana, cortaviento, etc.) y finalmente un buen desayuno preparando lo que se venía a las 11:00 am. Salí 9:30 hrs. de casa con un frio que se sentía pero no era tan terrible a la vez, el punto de partida era en el Fuerte Calgary, lugar céntrico ubicado a 45 minutos de casa, tomé el bus con esa sensación entre ansiedad por lo que se viene pero con la seguridad de que lograría completar mis 21k ese frío día.

Llegué al Fuerte Calgary y me encontré con muchas personas de todas las edades, todos equipados y bien abrigados para lo que se venía. Fue así como llegó la hora 11:00 am en punto y comenzaba la corrida cuyo circuito era por la ribera de Bow River llegando hasta el kilómetro 11 y luego regresando los siguientes 10 kilómetros por la misma ruta. Si bien hice un breve calentamiento antes de comenzar, los primeros minutos sentía el frío en mis piernas, así que trate de acelerar un poco el ritmo para lograr entrar pronto en calor, la ruta si bien estaba bastante despejada aún tenía nieve, ya que el día jueves de esa semana hubo tormenta de nieve en Calgary lo que dificultaba un poco más el trote e ir prestando especial atención a los lugares en que había hielo lo que podía provocar una caída.

Comencé con trote suave tratando de controlar la respiración ya que el frío se sentía y dificultaba al respirar pero a la vez disfrutando un hermoso paisaje que entregaba la nieve y el congelado Bow River, fue así como iban pasando los kilómetros sintiéndome bastante bien con el frío y con la motivación de ver como muchos otros corredores también estaban ahí, me sentía increíble viviendo esa experiencia única donde nunca imagine estar corriendo un medio maratón y menos con esa temperatura.  Fue así como seguí adelante disfrutando y llegó el kilómetro 11 donde había que dar la vuelta, me detuve unos minutos para desabrigarme un poco y comer una barra energizante, guarde el cortaviento y seguí adelante con la polera de mi querido team SRT más las capas abrigadoras que estaban debajo.

Luego de comer y desabrigarse un poco, llegó el momento de la hidratación y si bien la prueba contaba con hidratación en el kilómetro 7 y 14, yo llevaba mi mochila de hidratación, por lo que había decidido hidratarme en el kilómetro 11 cuando diera la vuelta, pero ahí ocurrió algo distinto e imprevisto que nunca imagine ni pensé, el agua que estaba en la manguera de la mochila de hidratación se había ¡congelado! así que no salía ni una gota, ya habían pasado varios minutos de mi detención y me empecé a enfriar así que decidí seguir así y aguantar hasta el kilómetro 14 lo cual creo que fue una decisión no muy acertada, ya que si bien logré llegar bien al kilómetro 14 para hidratar, me pasó la cuenta entre el kilómetro 15 y 16, porque sentí que me bajaron las energías, no sé si producto del frío, la falta de hidratación o qué, pero había que seguir no más, baje el ritmo lo más que pude para recuperarme, pero no lo logré, así que en el kilómetro 17 una pequeña detención no programada, tomar un poco de aire unos minutos y seguir, ya solo quedaban 5 kilómetros más así que era lo menos. Pensando que hacer para volver a concentrarme y no pensar en las molestias que sentía, alcance a un grupo de tres corredores que iban más adelante y llevaban un buen ritmo así que decidí continuar con ellos como mis pacers y fue una muy buena decisión, ya que en los últimos kilómetros me olvide de las molestias físicas y se pasaron muy rápido compartiendo con ellos y tratando de entender todo lo que iban conversando y las bromas que se hacían, fue un momento entretenido y se pasó volando la última parte, hasta llegar a la meta y recibir una hermosa medalla de una corrida que quedará en mis recuerdos por el especial imprevisto del agua y como los 21 kilómetros más fríos que he corrido en la vida.

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