• Este deportista chileno se desempeña en carreras de fondo y medio fondo, llegando a competir fuera de Chile. Además, en paralelo estudia periodismo en la Universidad de Chile.

Diego Uribe comenzó en el atletismo cuando aún estaba en el colegio con 15 años alrededor del 2013. Lo que lo acercó al atletismo fueron sus propios amigos, ya que él luego de practicar tenis por un tiempo fue en busca de otro deporte que practicar. De esta manera fue que la opción de correr se abrió.

“Estuve practicando tenis por dos años, pero llegó un momento en que decidí hacer otro deporte. Estuve un año sin hacer mucho, con la excepción de los típicos partidos con amigos, entonces busqué y uno de mis amigos hacía atletismo. Llegué a la pista y me pareció super interesante”, cuenta Diego Uribe.

La idea de competir contra él mismo y el hecho de practicar un poco en todas las distancias fue lo que en parte hizo que se decidiera a practicar este deporte. Los entrenamientos fue el otro factor que lo ayudó a decidir, debido a que al ser tan variados le dieron la oportunidad de entender mejor que no era solo correr en una pista.

Comenzó con los ejercicios de manera progresiva yendo dos veces por semana martes y jueves, además de algunos sábados. Se lo tomaba como un juego, aunque sus entrenadores sabían que de esta forma se alivia el estrés de las competiciones. Fueron moldeándolo desde una persona que nunca había corrido hasta ser un atleta.

“Comencé en un grupo por decir de ‘iniciación’, en donde había gente que corría todas las distancias. Entrenábamos corriendo prácticamente de todo y los entrenadores veían cuales eran las aptitudes que tenía cada persona. En mi caso yo me destacaba por la resistencia en las pruebas más largas”, dice Diego Uribe.

De aquí en adelante continúo demostrando que lo suyo eran las pruebas de fondo y medio fondo. Se inició corriendo su primera carrera en pista en los 1.500 metros. Más adelante cuando tenía 18 años fue probando otras distancias como los 5.000 metros.

Su primera competencia fue contra sus mismos compañeros en la pista de la PDI ubicada cerca del metro Pajaritos. Le tocó enfrentarse a su amigo que lo había llevado por primera vez a una pista. Terminó con un tiempo de 4:40 aproximadamente los 1.500 metros. Luego en el año 2017, entró a estudiar periodismo en la Universidad de Chile.

 “Se dice que ‘la universidad es la tumba de los deportistas’, en mi caso fue al revés. Antes del 2017 yo entrenaba de forma poco sería, muy progresivo. Al entrar a la universidad pude ordenar mis tiempos permitiéndome entrenar en jornadas de doble sesión. Ese mismo año fue la primera vez que pude bajar de 15 minutos en los 5.000 con 19 años. Todo se fue dando de la mejor manera logrando mejorar mis tiempos”.

Dentro de la vida como universitario compitió en varios interescolares en los 3.000 metros logrando alcanzar varios podios. También, se le permitió por parte de la universidad competir en el sudamericano sub 23 en el año 2018.

Justamente a esta Campeonato Sudamericano de Ecuador llegaba en un gran momento que tenía que plasmar con una medalla. Fue el único fondista nominado a este evento Sub23 en los 1.500 y 5 mil metros planos. Hizo unas muy buenas marcas previas, por lo que llegaba a Cuenca, Ecuador, con toda la fe y las ganas de realizar su mejor performance.

En ese momento logró la clasificación a su primer torneo internacional. En los 1.500 metros planos llegó con una marca de 3:52:01. Mientras, en los 5mil metros tenía un tiempo de 14:25:57.  Además, el estudiante de periodismo de la Universidad de Chile había sido Campeón Nacional Universitario en Cross Country.

Al ser en altura esta competencia junto a su entrenador se enfocaron en planificar los 1.500, porque venía en un buen momento y estaba corriendo muy rápido.

“Tengo muy marcado los 200 metros finales, en donde sabía que me estaba metiendo en el podio y que tenía que esforzarme al máximo. Iba con la idea de tener que darlo todo. No tenía expectativas más que dejarlo todo en la pista y por suerte se me dio. Recuerdo la carrera bastante bien”.

Finalmente, pudo cumplir con todo y quedarse con la medalla de bronce. El largo camino que recorrió teniendo una ajustada clasificación en Lima, en donde tuvo que costearse el pasaje y correr mareado, había valido la pena.

A diferencia de esta gran experiencia, durante este año tuvo una de sus carreras más complicadas en el Campeonato Nacional abierto. La preparación que tuvo Diego fue de las mejores que podría tener junto a los atletas César Díaz, Carlos Díaz y Esteban González.

“Ese 5.000 en el Campeonato Nacional no me sentí como esperaba. Quería hacer una marca de 14 o 15 minutos para poder clasificar al sudamericano de Guayaquil. En los últimos 2.000 metros se me derrumbó todo, no pude apurarme y me costaba avanzar. Fue una carrera muy difícil y no me esperaba para nada terminar de esa forma”.

Dentro del atletismo tiene como figura de admiración al ex atleta Sergio Lobos, tres veces medallista sudamericano, estudió en la Universidad de Chile y fue pupilo del ex entrenador de Diego, “Es el mayor ejemplo para quienes entrenamos con Mario Rodríguez”.

Hoy en día, se encuentra entrenando para ser medallista en los Juegos Panamericanos de 2023. Diego también piensa en extender su carrera y comenzar a competir en otros países para poder medirse cada vez con mejores atletas.

• Publicado por: Matías Méndez